Ser queer es universal

 

Antes de que “queer” fuera asociado a la comunidad LGBT, esta significaba extraño, peculiar, inusual o fuera de lo común; por lo cual se infería que la mayoría de las personas en la mayoría de los contextos, no eran queer. Al mismo tiempo, también es cierto que la mayoría, o quizá todos, tienen al menos una característica que se desvía de la norma. Ser ordinario en la mayoría de los sentidos no es sinónimo de ser ordinario en todos los sentidos. Lógicamente, esto significa que todas las personas son “queer” de alguna forma.

Los sastres le deben su profesión a este hecho. Es raro que la ropa comercial se ajuste perfectamente a todos. La mayoría de nosotros somos más altos o más bajos que la estatura “promedio”, somos más o menos delgados, tenemos hombros más anchos o más estrechos, un cuello más grueso o más delgado, brazos o piernas más largos o más cortos, etc. Incluso, la persona poco común que es "promedio" en todos estos aspectos podría ser zurda (afectando el corto de la manga en el cual use reloj). Poéticamente se podría ver estas peculiaridades como lo que forma a la humanidad. ¿Qué aburrida sería la vida si todos fuéramos iguales?

Cuando las emociones, las pasiones y los comportamientos resultantes son involucrados, nuestras peculiaridades pueden ser sometidas a cambios por presiones sociales. Podríamos sentirnos presionados, por ejemplo, y ocultar nuestro amor por la música regional alrededor de críticos urbanos, o mantener nuestro aprecio por el hip-hop secreto cuando estamos en un lugar rural donde puede no ser tan aceptado. Esto no significa que amemos menos esos géneros musicales, pero solo significa que podríamos inclinarnos a mantener esos sentimientos ocultos. Estas peculiaridades son las que nos diferencian de los demás y nos hacen quienes somos.

Este hecho es igualmente cierto en el ámbito del sexo y las relaciones. Puede que la mayoría de las personas sean heterosexuales (o al menos principalmente), y al mismo tiempo difieran de la norma en otros aspectos. Por ejemplo, un individuo podría ser un padre que se queda en casa, un entusiasta del BDSM, una persona poliamorosa, un fetichista de pies, parte de una pareja que elige renunciar a tener hijos, un "cazador de gordibuenos", o incluso la "vieja solterona" ridiculizada durante mucho tiempo.

Claramente, las personas LGBT no tienen monopolio sobre las tendencias sexuales fuera de la norma. En el pasado, como término de burla, ser "queer" no estaba reservado exclusivamente para las personas LGBT. Aquellos con actitudes santurronas hicieron uso de la palabra para hablar mal de las mujeres que disfrutaban el sexo, de las personas que tenían sexo antes del matrimonio, de parejas casadas que ni siquiera fingían ser monógamas, parejas interraciales, de las que practicaban actos sexuales tabú, etc.

El uso de la palabra "queer", para referirse explícitamente a las personas LGBT, tampoco ha sido aceptado universalmente por los miembros de la comunidad. Algunos activistas, por ejemplo, rechazan su uso, mientras que otros abogan por un uso más amplio del término. En el mundo académico, la discusión continúa sobre si usar "queer" solo para referirse a las personas LGBT o usarla generalmente para referirse a todas las personas que no se ajustan a las normas arbitrarias en torno al sexo y las relaciones.

En el mundo desarrollado, se ha logrado un tremendo progreso en cuanto a los derechos de la comunidad LGBT. El matrimonio entre personas del mismo sexo, la despenalización del sexo homosexual y la protección contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género se están convirtiendo en la norma en las democracias liberales. En algunos lugares, las consecuencias legales de los estigmas contra el BDSM o el poliamor son más opresivas que las de la comunidad LGBT. Por lo tanto, es simplemente un hecho que algunas personas heterosexuales experimentan más discriminación legal que algunas personas LGBT.

En las partes menos liberales del mundo, la discriminación legal hacia ciertas opciones sexuales o románticas, no se limita a la comunidad LGBT. Las prácticas privadas que disfrutan la mayoría de los heterosexuales en el occidente están prohibidas por muchos de los mismos países iliberales que continúan prohibiendo la homosexualidad consensuada o el matrimonio entre personas del mismo sexo. Las prohibiciones en contra del sexo anal y oral, del sexo extramatrimonial, y del matrimonio entre diferentes grupos religiosos, étnicos o socioeconómicos restringen las libertades de todas las orientaciones sexuales e identidades de género.

Por lo tanto, sería algo ahistórico y reductor si la comunidad LGBT reclamase la propiedad absoluta de la palabra "queer". No somos el único grupo de personas a las que se les ha aplicado el término de forma despectiva; no hay un acuerdo universal entre activistas y académicos sobre a quién se le debe aplicar el término, y no somos las únicas personas perjudicadas por prohibiciones relacionadas con el sexo y las relaciones.

Independientemente de nuestra situación, todos tenemos el imperativo moral de preservar la igualdad bajo la ley. No nos hace ningún favor ahuyentar a las personas heterosexuales cisgénero con una narrativa divisora. Nuestras libertades duramente ganadas se preservarán mejor contando una historia sobre cómo todos, incluyendo las personas heterosexuales cisgénero, se benefician de la protección de las libertades en torno al sexo y las relaciones. En las partes menos liberales del mundo, también las personas LGBT tienen una causa común con los hombres y mujeres heterosexuales cisgénero que están igualmente oprimidos por las prohibiciones sobre el sexo y las relaciones.

La necesidad de preservar nuestras libertades se aplica a todas las personas — no solo a las que pertenecen a la comunidad LGBT. Nuestras inquietudes son personales, pero no son moralmente superiores a las de alguien más. La igualdad bajo la ley es un valor universal del liberalismo que nadie puede monopolizar. Incluso con respecto a esos derechos relacionados con el sexo y las relaciones, las personas LGBT no son las únicas que saben lo que es ser "queer" en un sentido u otro. Por estas razones es aceptable, y posiblemente una mejor estrategia retórica: usar la palabra "queer" de una manera mucho más amplia, una que vuelva al significado original del término y celebre el hecho de que todas las personas — no solo las de la comunidad LGBT — se beneficien de la tolerancia de la diversidad sexual y romántica.

Publicado el 17 de Octubre, 2019
Actualizado el 9 de Abril, 2024

Publicado en Issue VI: Identity

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Diana Ramos